
Los soldados griegos llevaban consigo a la batalla un ungüento hecho de mirra para el tratamiento de las heridas.
Hipócrates al que todavía se reverencia como «padre de la medicina», menciona en sus escritos un amplio número de plantas medicinales, incluyendo gran número de narcóticos, como el opio, la belladona y la mandrágora, entre otros-, así como plantas y frutos como el ruibarbo, el membrillo, etc.
Hipócrates, sin embargo, puso mayor importancia aún en las cualidades morales necesarias para convertirse en doctor, como el discernimiento, la humildad y la devoción.