La Aromaterapia es una técnica milenaria que iniciaron los egipcios, forma parte del Ayurveda y de la Medicina China.

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miércoles, 21 de diciembre de 2011

Plantas y flores navideñas: hoy el pino de Navidad


A comienzos del siglo VIII, un monje benedictino inglés, llamado Winfrid (San Bonifacio, apóstol de Alemania), sintió la llamada a evangelizar los pueblos paganos de Europa Central y, dejando su abadía, marchó a la Germania.

Las tribus de la Germania profesaban la religión escandinava, cuyos ritos y sacrificios en honor de Thor, Odín, o Donner celebraban en sus bosques de robles y hayas. La predicación de la Buena Noticia no fue tarea fácil, pero San Bonifacio encontró la manera de hacerla asequible a estos pueblos, aprovechando sus prácticas y ritos religiosos. En una ocasión, ante una multitud que le escuchaba, San Bonifacio mandó talar un árbol, uno entre las hayas y los robles que poblaban los bosques, y plantó un abeto en su lugar. Explicó a los oyentes que sus dioses, al igual que los árboles que morían cada año, eran caducos. Sin embargo, Cristo, como el abeto, vivía siempre, pues era eterno. Adornó el árbol con unas velas, porque Cristo, Verbo Eterno Encarnado, es la luz del mundo. Con la conversión de aquel pueblo se fue creando la costumbre de tener en sus hogares por Navidad un pequeño abeto, con el significado simbólico que les daba la fe que ya profesaban.

Más tarde, ya arraigada y extendida fuera de Alemania esta costumbre, se vio enriquecida con otra tradición de los pueblos eslavos, ya también cristianizados. Por la fecha del nacimiento de Nuestro Señor, estos pueblos llenaban las ramas del árbol con manzanas (símbolo antiquísimo de la tentación y del pecado). Con este nuevo árbol simbolizaban a Cristo, hecho hombre, cargado con nuestros pecados para redimirnos.

De estas dos expresiones de la fe firme y sencilla surge el árbol de Navidad que conocemos, llenos de luces y esferas rojas o doradas, como manzanas. El árbol de Navidad, es pues, la expresión simbólica de Jesucristo, ayer, hoy y siempre, luz del mundo, que se revistió de nuestros pecados para redimirnos.





2 comentarios:

  1. Querida Adriana! sempre muito bom passar por aqui e ver tanta postagem sensacional...quero te desejar um Natal luminoso e um 2012 cheio de realizações...bjs

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  2. Muchas gracias querida Claudia, mis más profundos deseos de felicidad para ti.
    Adriana

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