martes, 18 de mayo de 2010
Los egipcios y la Aromaterapia
Los egipcios utilizaban las plantas aromáticas casi 3.000 años antes de Cristo con fines médicos y cosméticos, así como para embalsamar los cuerpos de sus difuntos. Establecieron grandes almacenes para sus perfumes, tanto para uso público como privado. En las ocasiones importantes se quemaba incienso, y las muchachas esclavas danzaban con conos de perfume sobre sus cabezas, que se fundían y dispersaban gradualmente en el aire mientras bailaban. Sabemos por diversos documentos conservados en papiros (de los que los primeros datan del 2890 a. de C., aproximadamente) cuáles eran las plantas que utilizaban con fines medicinales, y el método de uso de éstas. Hicieron píldoras, polvos, supositorios, pasteles y purés medicinales, ungüentos y pastas para uso externo, etc., de una amplia variedad de árboles y plantas, así como de sustancias animales y minerales. Utilizaron asimismo las cenizas y el humo de las plantas. Las plantas utilizadas incluían el anís, el cedro, la cebolla, el ajo, el comino, el coriandro, el castoreo, las uvas y las sandías, entre muchas otras. Extrañamente, para ser una civilización tecnológicamente tan avanzada, los egipcios parecen haber ignorado el modo de destilar los aceites esenciales. En las tablillas de aquellos días se cuenta que los aceites del cedro y del ciprés eran aceites obtenidos por infusión.
No se encuentra en los documentos referencia alguna al hecho de que los aceites fueran destilados, y ninguno de los recipientes descubiertos en las tumbas habría sido adecuado para conservar aceites esenciales. Se han hallado grandes números de jarras de cosméticos y ungüentos, así como botellas de aceites con su contenido intato. Se trataba sobre todo de ungüentos grasos o pastas gomosas, y los aromas del incienso, eran todavía perceptibles.