En Babilonia, los doctores registraron sus fórmulas y prescripciones sobre tablillas de arcilla, las más primitivas de las cuales se encuentran en la escritura cuneiforme de los sumerios. A diferencia de los egipcios, no registraron las cantidades a utilizar, pero dieron cuidadosos detalles sobre el momento en que debía prepararse y tomarse el remedio, que generalmente era al amanecer, o antes del almuerzo.
Un rey de Babilonia ordenó crear un jardín de plantas medicinales, y sabemos que contenía manzanos y membrillos, pepinos, calabazas, ajos, cebollas, hinojo, azafrán, tomillo, mostaza, alcaravea, coriandro, rosas, enebro y mirra -en otras palabras, muchas de las plantas que hoy en día utilizamos en la medicina herbal y en la Aromaterapia.