Los antiguos griegos adquirieron mucho de su conocimiento médico de parte de los egipcios, al tiempo que hicieron descubrimientos adicionales por su cuenta, como por ejemplo: que el olor de ciertas flores era estimulante y renovador, mientras que el de otras era relajarte y soporífero. Utilizaron el aceite de oliva, un producto abundante en Grecia, para absorber el olor de los pétalos florales, o de las plantas, y utilizaron el aceite perfumado con fines tanto medicinales como cosméticos.
Los soldados griegos llevaban consigo a la batalla un ungüento hecho de mirra para el tratamiento de las heridas.
Hipócrates al que todavía se reverencia como «padre de la medicina», menciona en sus escritos un amplio número de plantas medicinales, incluyendo gran número de narcóticos, como el opio, la belladona y la mandrágora, entre otros-, así como plantas y frutos como el ruibarbo, el membrillo, etc.
Hipócrates, sin embargo, puso mayor importancia aún en las cualidades morales necesarias para convertirse en doctor, como el discernimiento, la humildad y la devoción.